Ciudad Juárez, Chihuahua.– A poco más de dos semanas de la votación del presupuesto participativo de 2023 es un buen momento para pensar en lo que fue el proceso de este año y cómo puede fortalecerse. Si bien la jornada de votación tuvo los problemas usuales (casillas sin conexión, problemas de registro de los votos, etc.), la atención debe estar en la forma en la que se desarrolló este y las irregularidades que se vieron desde la convocatoria, comentó Mariel Martínez, coordinadora de participación comunitaria de Red de Vecinos.
“Hay que pensar en el proceso en general, que sí tuvo irregularidades. Por ejemplo, la falta de apego a la convocatoria desde el propio Consejo Consultivo de Participación Ciudadana, impulsado en gran medida por el presidente municipal, en el que de manera muy deliberada se estableció que de pronto sí podían participar espacios educativos”, explicó.
De acuerdo con Martínez, esta decisión genera un piso disparejo para escuelas que también hubiesen querido participar, que necesitan equipamiento, infraestructura, mejoras, y que por respetar la convocatoria oficial no lo hicieron.
Los vecinos contra la maquinaria sindical
La falta de reglamentación hacia cómo deben llevarse a cabo algunos puntos en la votación del presupuesto participativo de 2023 genera un área gris en la que, aunque no es precisamente ilegal, deja de manifiesto la necesidad de crear condiciones para que los proyectos vecinales puedan competir en condiciones contra proyectos de, por ejemplo, sindicatos, que cuentan con una estructura organizada, capacidad de comunicación y de movilización en toda la ciudad.
“¿Qué pisos o techos de participación estamos esperando cuando tenemos una estructura en comparación de grupos vecinales que pues promueven e impulsan sus proyectos a la medida de sus capacidades? En ese sentido no estamos hablando de un equilibrio o un ejercicio que sea equitativo, porque siempre habrá esta situación en la que no se puede competir”, explicó.
Asimismo, hay otro obstáculo que complica que las y los habitantes accedan a las formas de mejorar su entorno.
“A nosotros nos ha tocado acompañar muchos procesos comunitarios en los que la gente hace su proceso, meten su gestión en Obras Públicas y les devuelve el oficio y me dice ‘no tenemos presupuesto, pero métalo a presupuesto participativo’. La gente mete el proyecto a presupuesto participativo, junta 500 o 600 votos, que para una comunidad no es nada despreciable, pero no gana porque tiene que competir contra los 9 mil votos de un sindicato”, lamentó.
Ante esta situación, Martínez advirtió que, si no se hace algo desde los lineamientos, la herramienta seguirá estando limitada para las ciudadanas y los ciudadanos comunes.
2023, el año en el que al presupuesto participativo le faltó transparencia
Otro de los temas que llamó la atención del equipo de Red de Vecinos fue la opacidad en los nombres de algunos proyectos en la lista del día de la votación.
“Algunos tienen una falta total de transparencia. Encontramos proyectos que decían ‘pavimentación’, ‘vialidad’, ¿en dónde, de quién, para qué? Era información que la ciudadanía no tenía y, sin esa información, ¿cómo puedes tomar una decisión informada de qué votar? El proyecto del Sindicato de Trabajadores de la Educación decía ‘espacio multideportivo’. ¿En dónde? ¿A quiénes iba a beneficiar? ¿Quiénes van a poder utilizar ese espacio? No lo sabemos. Entonces, ahí también entra la duda, ¿es un espacio público? ¿Va a poder entrar cualquiera o es un espacio para el sindicato? Si es un espacio para el sindicato a todas luces está mal, no cumple con la vocación del presupuesto participativo”, explicó Martínez.
En ese sentido, recordó que la vocación de esta herramienta de participación social es la de generar espacios y una ciudad para todas y todos. Por lo mismo, el presupuesto participativo no le pertenece a un grupo, partido o gobierno, y debe seguirse revisando y fortaleciendo, pues es para beneficio de los y las habitantes de la ciudad.
“Es una invitación abierta a que lo conozcamos, a que lo critiquemos, a que lo fortalezcamos, pero sobre todo a que lo sigamos utilizando. En la medida de que lo sigamos utilizando, vigilando, es mucho más probable que pueda ser más útil para la comunidad”, dijo.