Ciudad Juárez, Chihuahua.– En más o menos un siglo, los terrenos de Pedro Ignacio García pasaron de ser un terreno agrícola a una isla, un asentamiento humano, un territorio en disputa y, finalmente, un parque que forma parte de la identidad juarense. El Chamizal es un terreno que simboliza la resolución pacífica de conflictos y las relaciones entre dos países.
Y es que, durante décadas, la delimitación entre México y Estados Unidos generó tensiones, pero en 1963, mediante el Tratado del Chamizal, se resolvió este conflicto. México recibió una porción de territorio, marcando un hito en las relaciones bilaterales y redefiniendo la frontera. En 1987, el Gobierno Federal lo donó al Municipio de Juárez, con la condición de que mantenerlo como un parque público (artículo primero). En caso de que se le diera un uso diferente, total o parcialmente, sin autorización del Gobierno Federal, el parque regresaría a este último (artículo sexto).
Es por eso que, cada que ocurre algún evento que trastoca la vocación ecológica y pública del parque, hay reacciones de diversos grupos. El último de ellos fue a raíz de la apertura de una centro cambiario en la zona.
Y es que, independientemente de las controversias y el abandono de los últimos años, El Chamizal es un espacio de tradición para las y los juarenses. Los días de campo en Pascua, el museo, los eventos culturales y que en algún punto de la historia fuera prácticamente el único espacio verde de la ciudad lo volvieron parte de la identidad de Juárez.
Es por esa misma razón por la que las autoridades locales no deben olvidar que El Chamizal es un espacio público, le pertenece a la gente.
El Chamizal: un poco de su historia
De acuerdo con la Resolución del caso del Chamizal, disponible en el sitio de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), “el nombre de El Chamizal aparece en el antecedente documental histórico más remoto con que se cuenta, o sea la solicitud de título que sobre la tierra así llamada presentó el colono Ricardo Bruselas en junio de 1818”.
En octubre de 1866 el terreno de El Chamizal fue adquirido por el Sr. Pedro Ignacio García y del Barrio.
Este tramo el río Bravo tenía en esos tiempos las características de un río torrencial, a través de valles de aluvión que el ímpetu de sus avenidas destrozaba fácilmente, por lo cual su cauce resultaba inestable. En 1864 y 1868 ocurrieron fuertes avenidas del río, por lo cual estos terrenos sufrieron inundaciones y cambios repentinos muy considerables, con el resultado final de que la propiedad conocida como El Chamizal pasara de la margen derecha bajo la jurisdicción de México, a la margen izquierda del río, quedando bajo la jurisdicción de facto de los Estados Unidos, relata el documento.
Durante décadas, tanto los Gobiernos mexicano como estadounidense reclamaban ser los legítimos dueños del terreno. Mientras tanto, este fue “colonizado” por personas que hicieron casas y su vida ahí, los llamados “chamizaleños”.
En 1911 el caso se llevó a juicio internacional, y se falló en favor de México la propiedad de El Chamizal; sin embargo, tuvieron que pasar otros 50 años para que Estados Unidos entregara el territorio, tras varios intentos de negociar con México otro tipo de pagos. Finalmente, se acordó un nuevo cauce para el río, así como la división del territorio, una parte para México y la otra para Estados Unidos. La entrega oficial se hizo en 1967.