Ciudad Juárez, Chihuahua.– Durante la madrugada del pasado 8 de marzo una pareja de jóvenes falleció tras impactar su auto contra un poste de la red eléctrica. Unos días antes, el 4 de marzo, un vehículo quedó con las llantas hacia arriba en el paso de la Santiago Troncoso y Libramiento. Unas semanas antes, el 25 de febrero, en la perimetral Carlos Amaya, el auto de una mujer quedó incrustrado en el espacio de la banqueta de un negocio de comida, al intentar evitar a un perro. Una semana antes, el 18, un automóvil quedó encima de otro tras un accidente en la avenida Talamás Camandari. Si bien en una ciudad como Juárez los accidentes automovilísticos son una certeza, lo que sorprende es el aumento en lo aparatosos que se volvieron.
Lo que en algún momento eran mayormente choques por alcance o colisiones en intersecciones, poco a poco evolucionaron a accidentes automovilísticos cada vez más aparatosos.
“En realidad, un fenómeno de movilidad se relaciona con la cantidad de viajes que se realizan en una ciudad. Tenemos una idea de cuántos viajes se desarrollan en vehículo (en Juárez), entre 3 y 4 millones diarios. Entonces, si lo analizamos cuantitativamente, los accidentes viales son muy poquitos a comparación con esta cifra; sin embargo, van al alza y son cada vez más sorprendentes. Colisiones que hasta uno dice ‘¿cómo llegó a subir esa barda?’ o ‘¿cómo se voltearon?’”, explica Isaac Chaparro, doctor en estudios urbanos con especialidad en estructura y movilidad urbana.
Ante este panorama, surge la interrogante sobre de dónde surge el problema, qué estrategias se pueden implementar para reducir la gravedad de estos accidentes y mejorar la seguridad vial en la ciudad.
Accidentes automovilísticos, sus causas y las cifras
De acuerdo con Chaparro, este fenómeno es multifactorial: el cambio de dinámicas de movilidad en los últimos 15 años (acelerados por la pandemia), la dispersión de la mancha urbana, la falta de un sistema de transporte público que pueda dar servicio a la población de forma segura, eficiente y accesible, y el decreto de importación vehicular son de los principales, pero no los únicos. En cualquier caso, el resultado se traduce en un aumento de la accidentalidad.
“¿Por qué platico todo esto? Porque es un panorama contextual de cómo estas decisiones, federales, estatal y municipales, evidencian la falta de transporte público y cómo se afecta a la movilidad vehicular”, dijo.
El informe Así Estamos Juárez 2024 maneja algunas cifras al respecto. En 2023 la cifra de choques sumó 5 mil 672 eventos (alrededor de 15 diarios), 326 atropellos y 33 volcaduras. En comparación, 2022 tuvo 3 mil 583 choques, 186 atropellos y 28 volcaduras y en 2021 hubo 5 mil 694 choques, 280 atropellos y 55 volcaduras. Por lo tanto, se puede tener una idea de la cantidad de eventos diarios que hay en la ciudad.
¿Por dónde empezar?
Hay muchos problemas que se tienen que atacar; sin embargo, uno de los principales para Chaparro es la cultura vial. En su opinión, a comparación de otros lugares, las regulaciones siguen siendo bastante laxas.
“Sacar una licencia es relativamente fácil. No obligan a ir a una escuela de manejo para entender la importancia de conducir una caja de tonelada y media y los peligros que eso implica”, señala.
También mencionó la necesidad de actualizar la legislación en la materia y la educación desde temprana edad.
Accidentes automovilísticos: ¿qué rol debe tomar la autoridad?
En ese sentido, Chaparro menciona que en primer lugar los distintos órdenes de Gobierno deben buscar formas de desincentivar el uso de vehículo motorizado, especialmente en lo que se refiere a promover opciones como el transporte público, las ciclovías o la movilidad peatonal.
Por lo mismo, el especialista explica que mientras estas opciones no estén disponibles, es poco probable que iniciativas como el Hoy No Circula, que se propuso durante el año pasado, prosperen.
“También la cultura que tenemos en Juárez está muy relacionada al vehículo, por el contexto histórico que tenemos y la vecina ciudad que tiene una cultura vehicular muy importante. Esta es la parte complicada, ¿cómo podemos apoyar al Gobierno para seguir creciendo en las redes de transporte? Y creo que si nosotros mismos como ciudadanos nos damos cuenta de que existe una red de transporte segura, eficiente y barata, es natural que dejemos el vehículo, con todas sus consecuencias, porque no nada más es accidentalidad, sino los costos del parque vehicular, contaminación y otros factores”, comenta.