Ciudad Juárez, Chihuahua.– La ampliación de la avenida de las Torres volvió a poner sobre la mesa una discusión pendiente en Juárez: ¿cómo garantizar que las nuevas vialidades sean accesibles y seguras para todas las personas?
Durante la presentación del proyecto ante la Comisión de Desarrollo Urbano del Cabildo, colectivos ciudadanos y organizaciones cuestionaron que el diseño municipal privilegie nuevamente el flujo vehicular, dejando en segundo plano a quienes caminan, usan bicicleta o viven con discapacidad.
“Se trata de mover personas, no de mover automóviles”, afirmó Laura Calderón, de Fundación Juárez Integra, al recordar que la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial obliga a los Gobiernos a priorizar a las personas peatonas y garantizar el derecho a la movilidad segura y accesible.
De acuerdo con las y los representantes de las organizaciones civiles, el proyecto en De las Torres –que costará alrededor de 48 millones de pesos– sigue reproduciendo un modelo de crecimiento urbano centrado en el automóvil, que expulsa a quienes se mueven de otras formas.
En ese sentido, Calderón y los colectivos recordaron que las obras de movilidad deben de centrarse en mover personas, no vehículos, lo que implica que también se deben considerar ciclovías, banquetas y otras formas de transporte no motorizado.
Las Torres y una deuda estructural con la movilidad inclusiva…
Las y los habitantes del suroriente han denunciado durante años que las banquetas inexistentes o en mal estado, la falta de alumbrado y de cruces seguros ponen en riesgo a las personas, especialmente a niños, adultos mayores y personas con discapacidad.
Casos como el distribuidor vial Talamás-Independencia, donde se presupuestaron obras peatonales que nunca se realizaron, sirven como ejemplo de cómo la infraestructura vial termina excluyendo a quienes no van en auto.
De acuerdo con el informe Así Estamos Juárez 2025, el 40 por ciento de los traslados al trabajo en la ciudad se hacen en vehículo, contra el 10 por ciento de quienes lo hacen caminando. Por otro lado, cuando se le preguntó a la gente cómo se transporta cuando sale a cualquier otro lugar, el porcentaje que lo hace en auto aumentó hasta casi el 60 por ciento, mientras que las personas que caminan bajaron a poco más del 3 por ciento.
Sin embargo, el fenómeno de la demanda inducida podría explicar estas cifras. De acuerdo con Calderón, mientras más carriles haya, más atractiva es la idea de preferir el automóvil; asimismo, la falta de condiciones para caminar la ciudad terminará por alejar de esta opción a las personas.
Finalmente, señaló que la responsabilidad de las autoridades es garantizar el derecho al libre tránsito, lo que implica tener infraestructura adecuada, eficiente y segura para las personas.