Luego de conocer algunos de los datos que contiene el Informe Juárez 2021, presentado ayer de manera virtual, Sergio Meza, director de la asociación dio unas palabras a manera de conclusión para hacer un llamado a quienes ostentan candidaturas para las próximas elecciones y para la ciudadanía; un llamado a la unidad y a buscar trascender periodos electorales por el bien de todas y todas quienes vivimos en Juárez.
Te dejamos el mensaje completo a continuación:
Todos estamos muy claros en que aquí en Juárez estamos a fuego cruzado entre cuatro elementos: la contingencia, la corrupción, la crisis económica y la violencia.
No obstante que hayan mejorado algunos indicadores económicos, la percepción de la comunidad es que la situación económica es peor respecto al año anterior.
También estamos viendo y viviéndolo otra vez: que la violencia está presente, la violencia no se ha ido. Estamos de nuevo entre las ciudades más violentas del mundo. En 2012 se echaron las campanas al vuelo diciendo que Juárez estaba en paz, pero esta paz estaba prendida con alfileres. Las causas profundas siguen intactas. Falta estado de derecho, hay instituciones débiles, hay impunidad, hay corrupción.
En nuestra ciudad, seguimos viendo que tampoco son menos violentas la pobreza, la marginación, la falta de una buena educación, de trabajo y oportunidades para nuestros jóvenes, y eso también es una manera de violencia. Y esto va matando día a día a los más débiles. Pareciera que las posibilidades de una vida digna para quienes menos ganan se siguen reduciendo, se siguen construyendo.
También veíamos cómo la realidad del suicidio está presenten en nuestra ciudad. En 2019, cada día 85 personas pensaron en suicidarse. En 2020, pasamos de 85 a 118 diariamente que pensaron en suicidarse. De esas 118, 75 lo intentaron. Esto equivale casi al doble que lo habían intentado en 2019. Y estamos hablando únicamente de lo que capta nuestra encuesta, que está dirigida a personas mayores de 18 años. Según los estudiosos de este tema, tristemente entre nuestros jóvenes esto es una realidad más fuerte y que va creciendo. Los suicidios, los homicidios son una realidad que nos está carcomiendo como sociedad. Nos estamos matando, nos estamos suicidando. Tenemos que hablar de esto. No podemos no hablar de esto. Tenemos que preguntarnos qué hemos hecho mal, qué cosas no hemos estado haciendo. También tenemos que preguntarnos qué tenemos que hacer como sociedad para poder ofrecer esperanzas de un futuro para nuestros jóvenes; cómo generamos las condiciones para que la vida se haga deseable para muchas personas en esta ciudad. Los asesinatos, el suicidio, la violencia son expresiones de un sistema político, económico y social enfermo para muchos y saludable para muy, muy pocos.
Juárez como lo hemos visto es una realidad muy compleja y difícil de descifrar. Esta complejidad, los gobiernos no la han asumido. La manera de abordar las problemáticas de la ciudad ha sido muy simplista y superficial, a veces es por incapacidad, a veces es intencionalmente. Si no hay un entendimiento profundo de lo que es Juárez, difícilmente tendremos acciones de gobierno que sean efectivas. Ha habido errores, incapacidades que han producido y siguen produciendo males evitables. Estos errores los padece la comunidad pero sobre todo las personas y las familias más vulnerables. Lo que ha importado –tristemente lo hemos visto y así ha sido–, es el político, su grupo de interés político y económico, y eso es lo que ha regido la manera de ir gobernando esta ciudad.
Estamos en un ambiente electoral. Son muy importantes las elecciones en una democracia, pero no son lo más importante. Son el principio de este camino democrático, de este esfuerzo democrático.
Quienes quieren gobernar tendrán que decirnos que harán para transformar nuestra ciudad, con quienes gobernarán y con qué dinero contarán.
Quienes quieren gobernar ya saben las condiciones financieras que asumirán en el municipio y en el estado. Como ciudadanía ya no aceptamos la excusa de que no hay dinero.
Quienes quieren gobernar deben saber que la sociedad apoyará a los gobernantes que asuman el liderazgo para cambiar las condiciones de la ciudad con un proyecto sensato que, bien, responda a las urgencias al corto plazo, pero también con una mirada de mediano y largo plazo para nuestra ciudad.
Quienes quieren gobernar necesitan contar con un equipo de funcionarios capaces y no rapaces. Funcionarios que sean honestos y que quieran a Juárez.
Quienes quieren gobernar, sepan que no lo pueden hacer igual que antes.
Quienes quieren gobernar tienen que considerar y aceptar que el poder reside en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para el beneficio de este. La ciudadanía debemos asumir ese poder independientemente de quien gobierne.
Hemos escuchado que el poder corrompe. Sí, tal vez corromperá a algunos. Pero principalmente el poder desnuda lo que real y profundamente somos. Como sociedad debemos educarnos para una relación adecuada con el poder. Tenemos el reto de ver el poder como un instrumento de transformación de nuestro país. No temerle ni dejarlo solo a los políticos profesionales. Como ciudadanía tenemos el reto de encontrar nuevas maneras para ejercer este poder. Nuevas maneras de hacer política, fuera del corporativismo y del clientelismo. Como sociedad tenemos que avanzar en la conciencia de ejercer este poder y que no tengamos para ejercerlo que ocupar un cargo público o pertenecer a un partido político.
Hemos visto que una democracia efectiva no se alcanza solo con la democracia representativa. A lo largo de los años hemos visto como una mayoría de nuestros representantes en el cabildo democrática y legalmente han avalado el saqueo y el despojo de nuestra ciudad
Urge reinventar la democracia. La democracia no solo es un procedimiento; la democracia no es solamente una manera de elegir a nuestros representantes; la democracia implica sí esos procedimientos pero también unos contenidos, y esos contenidos son los derechos, todos los derechos de todas las personas. Cada vez que se planifica la ciudad, que se toman decisiones, que se decide el destino de los recursos públicos, ahí se van garantizando o violentando los derechos de las personas. El contenido de la democracia es la generación de condiciones de vida digna para todos. Y esto se hace todos los días. Todos los días hay comisiones de regidores, todos los días se gastan recursos públicos, se avanza y se retrocede en el Plan Municipal de Desarrollo. Nosotros hablamos de una democracia cotidiana; la necesidad, la urgencia de una democracia cotidiana, y para esta democracia cotidiana la Ley de Participación Ciudadana es un instrumento muy potente. En ella podemos encontrar instrumentos que nos permiten, en los cabildos, hacer propuestas a los gobiernos, vigilar que hagan su trabajo; nos permite presentar propuestas de leyes y reglamentos; nos permite decidir con el presupuesto participativo directamente sobre una parte del presupuesto municipal; nos permite disentir de las decisiones de los gobiernos municipales, estatal, y de los diputados a través del plebiscito y del referéndum, y en el caso extremo, la Ley de Participación Ciudadana contempla la revocación de mandato. La propuesta y el reto es que hagamos de la Participación Ciudadana el principal impulsor del desarrollo de nuestras comunidades
Señoras y señores candidatos, un sector marginado de la vida pública de esta ciudad son los intelectuales. La ciudad se ha construido prescindiendo de los aportes de los conocedores y los expertos. Los gobernantes generalmente han usado a los estudiosos para intentar legitimar sus proyectos para beneficio de sus grupos económicos y políticos. Como ejemplo, tenemos al Instituto Municipal de Investigación y Planeación. Ha habido administraciones que, no obstante tener una capacidad técnica importante, lo han arrinconado, lo han usado, lo han limitado. Actualmente hay un proceso de transición de una dirección a otra. Tenemos que estar pendiente que este proceso sea público y que realmente se rija por criterios técnicos y no solamente por intereses políticos y económicos.
También es necesario reconocer que no existe un solo Juárez, hay varios Juárez, y que cada problema requiere una solución particular. Aquí en Ciudad Juárez contamos con intelectuales en varios campos que debemos escuchar y tomar en serio. En Juárez hay talento, hay que aprovecharlo. Como sociedad debemos reconocer y pedir la función crítica de los intelectuales, y generar las condiciones para que puedan ejercerla sin temor, sin autocensura, sin miedo a que les corten la cabeza.
Por último, Juárez requiere de un esfuerzo común y de una visión compartida de largo plazo. Tenemos la oportunidad de alinear los planes de desarrollo tanto municipal como estatal con la agenda Juárez 2030. Avancemos juntos.
En la pandemia, que no ha terminado, hemos escuchado constantemente que el futuro será distinto. Lo que no sabemos es si será distinto para bien o para mal, o para quiénes será bueno y para quiénes será malo ese futuro. Existe la necesidad de creer y de construir un futuro porque el presente para muchos es intolerable. Tenemos la responsabilidad de imaginar y construir un futuro diferente para Juárez, poniendo en el centro a las personas, especialmente a las que siempre hemos dejado atrás. Exploremos otros modelos políticos sociales y económicos. Intentemos proyectos que nos alimenten la esperanza. Vayamos más allá de los tiempos de los gobiernos y de la lógica electoral.
Este momento que estamos viviendo como ciudad nos pide mucha humildad y respeto. Hay que reconocer lo que ya se está haciendo independientemente de quien lo haga. Es necesario que exploremos nuevas fórmulas con creatividad y valentía. Solo colectivamente generaremos las preguntas y las respuestas adecuadas que nos permitan construir una mejor ciudad.