Ciudad Juárez, Chihuahua.- En la sesión ordinaria de Cabildo del 12 de julio de 2024, el Gobierno Municipal de Juárez aprobó el Plan de Desarrollo Urbano Sostenible (PDUS) 2040. Aunque el documento asegura buscar un crecimiento ordenado, especialistas y activistas advierten que este más que solucionar los problemas de dispersión, podría agravarlos.
De acuerdo con Denisse Ortega, analista del área de Estudios e Investigación de Plan Estratégico de Juárez, una de las primeras modificaciones que notaron fue la aprobación de pasar una zona de conservación ecológica a urbanizable, en el entronque de la carretera a Casas Grandes a Jerónimo.
“Nunca vimos el plan parcial de ese polígono. Para agregar tierra al municipio de reserva urbanizable se tiene que hacer por medio de planes parciales. Es una cuestión de proceso y se lo están saltando”, explicó.
Asimismo, señaló que las actualizaciones del PDUS deberían derivarse del Plan Municipal de Desarrollo Urbano Sostenible (PMDUS), un documento superior que se actualizó en 2021 y que definió cláusulas para abrir zonas de reserva a volverlas urbanizables.
“Una de las condiciones es que, primeramente, debía haber sustento técnico para asegurar que ya no existen reservas disponibles, por lo que es importante. También debería haber un importante estudio de cargas al equipamiento. Al menos nosotros no lo vimos, no sé si en el dictamen de congruencia de SEDUE venga un estudio de cuál va a ser la carga que va a representar urbanizar estas zonas de reserva”, comentó.
Un PDUS que no tomó en cuenta muchas opiniones de especialistas
Abelamar Chacón, coordinador de la Alianza Nacional RegidorMX, señaló que, durante el desarrollo del documento del PDUS especialistas, académicos y sociedad civil participaron con propuestas; sin embargo, la mayor parte de estas no se integró.
Asimismo, advirtió que el modelo de expansión de la mancha urbana se realiza a costa de consolidar los servicios públicos que son obligación del Municipio, como la recolección de basura y los parques públicos.
“A lo largo de los años, hemos visto que mucho de lo que ahí se plasma favorece al crecimiento de la mancha urbana. También vemos con preocupación que no se atienden temas de impacto ambiental, del impacto en los servicios públicos, que en la actualidad y por muchos años, han sido deficientes. Servicios públicos básicos y esenciales que están desde la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el artículo 115”, explicó.
Por su parte, Ortega hizo la observación de que a pesar de que especialistas cuestionaron algunas faltas de rigor técnico, como la falta de un inventario de flora y fauna silvestre en la zona que estaría por pasarse a urbanizable, la respuesta fue que ese proceso ya se había hecho de la misma forma antes.
“En ese sentido, estamos viendo que se siguen tomando decisiones de cierta forma ya caducas, que no son sostenibles para una ciudad como Juárez. Son ideas que ya se han identificado que no son las mejores, pero se siguen favoreciendo y se siguen negando a adoptar ideas de los especialistas, de los expertos, pero sí se aceptan las ideas de los desarrolladores”, comentó Chacón.
Una historia que se repite
Desde finales de los años 90 la dispersión urbana se convirtió en un problema que agravó con el pasar del tiempo. Los casos del Lote Bravo, Riberas del Bravo, Oriente XXI y CU son algunos ejemplos del desarrollo bajo una mentalidad de ligar el desarrollo económico con la expansión de la mancha urbana. Sin embargo, en palabras de Ortega, este modelo ni funcionó ni se quiere cambiar.
“Algo que se nos hizo curioso es que cuando el IMIP hizo la presentación, ellos dijeron: “¿Pero por qué (cambiar) si antes ya se añadió al municipio Riberas del Bravo y Paraje de Oriente?” como si fueran casos de éxito, cuando son de lo más cuestionable… Estamos repitiendo la misma receta, vamos a tener probablemente los mismos resultados”, dijo.
En ese mismo sentido, comentó que, aunque estos desarrollos presuntamente solo se abrieron para instalar industria, lo que se observa en los recuentos históricos es que después de que se instala la industria, los desarrollos habitacionales llegan tiempo después.
“Son cuestiones de proceso. No creemos que concuerde con las estrategias del Programa Nacional de Ordenamiento Territorial, de la Estrategia Nacional de Ordenamiento Territorial. Esa no era la visión de los centros urbanos”, explicó.
A final de cuentas, Chacón y Ortega coinciden en que continuar el proceso de expansión de la mancha urbana beneficia a particulares, no a las y los juarenses.
“Por eso es que las organizaciones insistimos en que este instrumento debe ser el que realmente necesita la ciudad. Que marque las pautas, las directrices para un ordenamiento real que favorezca al crecimiento sostenible en favor de quienes habitamos el municipio”, dijo Chacón.