Ciudad Juárez, Chihuahua.– Los pendones publicitarios en los postes de la ciudad representan un problema que, lejos de una solución, sigue sin encontrar una forma de establecer control en la colocación de estos materiales publicitarios.
Justamente, durante la sesión ordinaria de Cabildo 53, del pasado 22 de noviembre, se discutió un punto de acuerdo para retirar pendones, a raíz de la colocación de una serie de ellos haciendo propaganda a favor del diputado federal (y excalcalde) Armando Cabada Alvídrez.
Aunque al final se acordó que se retirarían y habría una multa, surgen distintas preguntas:
¿Qué dice la ley respecto a los pendones?
Ya comentamos aquí anteriormente que, de acuerdo con los Reglamentos de Aseo y Regeneración Urbana, de Espectáculos y Diversiones Públicas y el de Entorno e Imagen Urbana, los pendones son ilegales. Sin embargo, eso no detiene a las promotoras de espectáculos, empresas publicitarias y partidos políticos para seguir instalándolos en distintas calles de la ciudad.
¿Por qué se siguen instalando en Juárez?
Aunque continuamente las autoridades anuncian el retiro de distintos materiales publicitarios en la ciudad, las acciones que se realizan son correctivas, no preventivas, lo que también da pie a que estos se instalen sin preocupaciones.
¿Por qué toleran las autoridades los pendones?
La autorización de estos materiales publicitarios representa ingresos para el Municipio, denunció Francisco Navarro en una entrevista a un medio local en 2022. Asimismo, durante la sesión de Cabildo del 22 de noviembre, se mencionó que no hay capacidad en el Municipio para retirar en su totalidad los pendones colocados, y que, aunque los reglamentos indican que quienes los instalen deben retirarlos, el tiempo que se tarden en hacerlo corre a favor del anuncio.
¿Qué solución hay para el problema?
Que las autoridades hagan cumplir la ley.
Preservar el Estado de derecho es la responsabilidad final de cualquier nivel de Gobierno. No hacer que se respeten las reglas del juego es directamente un acto de corrupción, y eso contribuye a que las y los habitantes de la ciudad tengan poco respeto por las leyes. Si no hay consecuencias, ¿hay motivos para vivir en la legalidad?
Finalmente, el componente de la exigencia ciudadana es el que termina generando cambios en las acciones de las autoridades. La participación ciudadana es la clave, y aunque aún hay un largo camino por recorrer, los primeros pasos para que las personas hagan valer sus derechos como habitantes de un espacio que satisfaga sus necesidades ya comenzó. Únete, participa.