Ciudad Juárez, Chihuahua.– El sistema democrático puede ser complejo. Los constantes choques entre las opiniones y los intereses pueden generar descontentos, especialmente cuando se percibe que la voluntad que se impone no es la popular, sino la que beneficia solamente a unos pocos. Esto, a su vez, puede hacer que se llegue a la conclusión de que la opinión de la comunidad no importa, lo que genera una separación más y más profunda entre representantes y a quienes representan. Las herramientas de participación de la Ley de Participación ciudadana del Estado de Chihuahua buscan cerrar esa brecha.
Sin embargo, la desesperanza aprendida facilita que la gente empiece a creer que las cosas no van a cambiar, por más intentos que se hagan. Es común escuchar en la gente expresiones de que no vale la pena votar, pues cualquier candidato o candidata que llegue al puesto verá por sus intereses en vez de hacer un bien a la comunidad. Asimismo, es común escuchar expresiones de desconfianza acerca de las herramientas de participación que busquen democratizar los asuntos públicos.
Ya lo hemos hablado aquí antes, existe el riesgo de que se pierda el componente ciudadano las herramientas de participación cuando hay sospechas de que esta tiene reglas que facilitan que se puedan “manipular” los resultados; sin embargo, es en momentos como estos en los que es todavía más importante que sean las y los habitantes quienes defiendan estas herramientas.
Herramientas de participación: ‘La libertad y la apertura siempre serán más benéficas’
Para Paulina Valles Torres, de la Coordinación de Participación Ciudadana de la Dirección de Educación Cívica y Atención Ciudadana del Instituto Estatal Electoral de Chihuahua (IEE), la participación es un proceso en el que se aprende conforme se hace. De acuerdo con ella, a pesar del riesgo de que una herramienta pueda usarse de mala manera, sigue siendo mejor que no tenerla en la absoluto.
“Creo en lugar de cerrar el mecanismo por temor de que alguien copte o que alguien haga tal cosa, creo que la libertad y la apertura siempre van a ser mucho más benéfica para que las personas puedan hacer uso de los mecanismos”, dijo.
En ese sentido, la reflexión se simplifica. No solo se trata de tener herramientas de participación, se trata de usarlas, de influir en los temas. La pluralidad no se impone por decreto, se alcanza con el tiempo. Las herramientas solo garantizan que el camino pueda recorrerse, pero si nadie hace uso del presupuesto participativo, ¿quién se beneficia? Si nadie hace uso del Cabildo abierto, ¿cómo sabrá el Ayuntamiento que hay decisiones que la gente no quiere? Si no se usa una audiencia pública, ¿cuándo se acostumbrarán las autoridades a rendirle cuentas a la gente que representan?
El sistema democrático es complejo, pero es mejor que la alternativa.