Ciudad Juárez, Chihuahua.– Es una anécdota contada tantas veces que a estas alturas es prácticamente un cliché: para escapar de una multa o acelerar un trámite, una ciudadana o un ciudadano ofreció dinero. Estos sobornos (o mordidas, como también se les conoce) se han convertido en una práctica habitual para no perder tiempo ante la lenta burocracia; sin embargo, el dinero que se mueve en estos actos lastima el desarrollo de la ciudad en todos sus aspectos.
Parece una exageración, pero estos actos generan un efecto dominó, en el que quienes más pierden somos las y los ciudadanos. Esto debido a que:
- Afectan las finanzas públicas. Como esos ingresos nunca llegan a las arcas municipales, es dinero que no se invierte en los servicios públicos, infraestructura o mantenimiento, lo que deteriora los servicios.
- Se pierde la confianza en las autoridades. Esta pérdida de la credibilidad afecta, al mismo tiempo, la recolección de recursos, pues si no hay resultados tangibles no hay motivos para que se busque cumplir con el pago de predial y otros trámites, lo que agrava el primer problema.
- El contexto de ilegalidad provoca que surjan entornos en los que la corrupción puede crecer, pues no hay un Estado de derecho sólido.
De acuerdo con el Informe de Corrupción en Juárez 2023, en sobornos a nivel administrativo se calcularon cerca de 100 millones de pesos anuales (274 mil pesos diarios), divididos de la siguiente forma:
- 71 millones de pesos en sobornos a agentes de Seguridad Vial.
- 4.5 millones para trámites municipales.
- 24.5 millones para agentes de la policía municipal.
Cabe mencionar que esta cifra contempla solo el porcentaje de juarenses que reconocieron ante la encuesta haber dado una mordida. La cifra real puede ser aún mayor.
Un ejemplo de cómo afectan los sobornos a nivel administrativo
Tal vez el ejemplo más claro de los problemas que pueden ocasionarse por la corrupción a bajo nivel está en el área de Tránsito. Tomando en cuenta el monto aproximado de dinero que recibe Seguridad Vial por concepto de mordidas, se pueden explicar algunos de los problemas de movilidad que la ciudad sufre actualmente.
Pongamos un ejemplo: un juarense circula en su automóvil sin placas y lo detiene un agente de Seguridad Vial. Para evadir la multa a la que se haría acreedor, decide sobornar al agente. Al hacer esto, primeramente, el Municipio deja de recibir el dinero del concepto de la multa, y esto a su vez crea un precedente en este y otros conductores, para quienes resulta más sencillo seguir sobornando a los agentes viales.
Por si fuera poco, este ambiente, en el que no hay respeto por la ley ni las autoridades, invita a que más personas decidan circular con automóviles que no están en regla, lo que aumenta el tráfico y el desgaste de las vialidades, para las que no hay recursos suficientes.
A final de cuentas, la corrupción a baja escala es solamente una parte del monto total de recursos desviados; sin embargo, siguen siendo necesarios para poder proveer al espacio en el que vivimos de las condiciones para el desarrollo. Todo se conecta.